Oraciones al Niño Jesús
Desde siempre el fiel ha buscado formas de oración y de intercesión para alabar al Señor y pedirle algunas gracias. Entre muchas formas algunas entre las más conocidas están los triduos (oraciones rezadas durante tres días seguidos) y las novenas (durante nueve días seguidos). También para devoción al Niño Jesús han nacido algunos textos útiles para la oración; aquí solo ponemos algunos, mientras es posible pedir la colección completa.
Este triduo, especialmente indicado para prepararse a la fiesta de Epifanía y a otras fiestas ligadas al culto del Niño Jesús, nos propone como modelo de adoración y de fe a los Reyes Magos, que supieron ver en el Niño de Belén, al señor del mundo.
Primer día
El archivo de audio se propone en italiano
Escuche (espere un momento para cargar el archivo):
Oh Niño Jesús, Rey de las gentes, que has guiado el camino de los Magos a Belén con la luz de la estrella, haz que bajo su ejemplo nosotros sigamos fielmente tu Palabra y tus divinas inspiraciones, cumpliendo lo que tú nos sugieres a nuestro corazón.
Gloria al Padre… (tres veces)
El esplendor de tu gloria, oh Padre, ilumine nuestros corazones, para que a través de este mundo podamos llegar a la luz de tu morada. Por Cristo, nuestro Señor. Amén.
Segundo día
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Escuche (espere un momento para cargar el archivo):
Oh Niño Jesús, que has reunido junto a tu cuna, en adoración, a los pobres pastores y a los ricos reyes de Oriente, ilumina a los gobernantes y socorre a todos los pobres de la tierra. Haz que también nosotros te amemos con un corazón humilde, y nos hagamos pequeños en espíritu para entrar en tu reino de justicia y de paz.
Gloria al Padre… (tres veces)
Danos, oh Padre, que reconozcamos el esplendor de tu gloria en la pobreza de tu Hijo hecho hombre y de adorar la divina grandeza en la humildad de su infancia. Haz que acogiendo el reino de los cielos como niños, logremos el premio prometido a los humildes de corazón. Por Cristo nuestro Señor. Amén.
Tercer día
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Escuche (espere un momento para cargar el archivo):
Oh Niño Jesús, los Magos venidos para adorarte se postraron a tus pies ofreciendo oro, incienso y mirra, reconociéndote así verdadero Rey, verdadero Dios y verdadero hombre. Concédenos imitarlos, adorándote con viva fe en el sacramento de la Eucaristía, y ofreciéndote el oro de nuestra vida y de nuestras dotes, el incienso de nuestra oración, la mirra de nuestros sacrificios y de nuestro amor.
Gloria al Padre… (tres veces)
Oh Padre, tu Hijo se ha manifestado en nuestra carne mortal. Concédenos a nosotros, que lo hemos conocido como verdadero hombre, ser interiormente renovados a su imagen. Él que vive y reina por los siglos de los siglos. Amén.
Primer día
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Escuche (espere un momento para cargar el archivo):
Oh Niño Jesús, aquí estoy para abrirte mi corazón. Necesito tu ayuda, sin ti no puedo hacer nada. Tú eres santidad y bondad infinita, yo soy un pobre pecador. Antes de pedirte lo que deseo, te pido perdón de mis pecados, e invoco fuerza para vencer mis debilidades. Tú, Dios Niño, revela el rostro del Padre que nos ama y sabe ya lo que necesitamos (Mt 6,8). Por esto te presento la petición que tengo en el corazón… (se expone la gracia deseada). Oh Jesús, como la mujer cananea del Evangelio te digo: “Señor, ayúdame” y espero de ti la misma respuesta: “Que se haga como deseas” (Mt 15,22s). Tú eres mi Dios: confío en ti y confío en que escucharás mi oración. Amén.
Gloria al Padre… (tres veces)
¡Jesús, escúchanos! ¡Jesús, acógenos!
Segundo día
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Escuche (espere un momento para cargar el archivo):
Señor Jesús, te contemplo y te pido en la imagen de tu infancia, que me atrae a tu corazón y me desvela tu amor. Tú solo eres para mí el apoyo seguro. Si me apoyo en las criaturas, encuentro ayudas insuficientes, solo desilusiones y amarguras. Tú solo eres omnipotente; tú solo compasivo y fiel. Tú te has hecho hombre, revestido de debilidad y sometido a la prueba, para compartir nuestras enfermedades y obtenernos gracia y misericordia (cf. Heb 4, 15ss). Hoy también te pido la gracia que tanto deseo… (se expone la gracia deseada). Como los dos ciegos te imploro: “Ten piedad de mi” y confío en ti que dijiste: “Que se haga según vuestra fe” (Mt 9,27ss). Concédeme lo que te pido por los méritos de tu divina infancia y por intercesión de tu Madre Santísima. Amén.
Gloria al Padre… (tres veces)
¡Jesús, escúchanos! ¡Jesús, acógenos!
Tercer día
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Escuche (espere un momento para cargar el archivo):
Oh Jesús, nuestro Rey y Pastor, tú has dicho: “Todo cuanto pidáis en la oración, creed que os lo han concedido y lo obtendréis” (Mc 11,24). Me dirijo a ti en las dificultades y sufrimientos que encuentro y, confiado en tu promesa “Llamad y se os abrirá” (Mt 7,7), no dejo de llamar a la puerta de tu amor: una vez más te ruego que me concedáis la gracia que espero… (se expone la gracia deseada). Con la misma fe del centurión te invoco: “Extiende tu mano” (Mt 9,18), y recuerdo tus palabras: “No temas, basta que tengas fe” (Mc 5,36). Tú que eres nuestro hermano y conoces el corazón de todos (Hch 1,24), que escrutas los afectos y pensamientos de los hombres (Ap 2,23), concédeme la gracia te pido; ayúdame a amarte todos los días más y servirte siempre con fidelidad. Amén.
Gloria al Padre… (tres veces)
¡Jesús, escúchanos! ¡Jesús, acógenos!
Primer día
Himno (puede recitarse o cantarse)
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Escuche (espere un momento para cargar el archivo):
Música: Lécot 2008; Texto: Galliano
Rey de la paz, Dios Niño,
hemos venido para adorarte;
en tu luz estamos en camino
hacia tu reino.
Gloria a ti, Señor Jesús.
Hijo de Dios, Hijo del hombre,
tú por amor te hiciste Niño,
nuestro hermano, tráenos salvación,
de tu Padre nos haces hijos / con tu gracia.
Cristo Señor, Esposo divino,
tú que nos amas con corazón humano,
en tu carne experimentas el llanto
para darnos alegría infinita: / espléndido cambio.
Verbo del Padre nacido en el mundo,
dócil Hijo creces en el tiempo;
si imitamos tu vida,
como niños en tu reino / nosotros entraremos.
Oración
Oh Niño Jesús, aquí estoy a tus pies. Me dirijo a ti que eres todo, porque tengo necesidad de tu ayuda. Mírame, oh Jesús, y socórreme en mis necesidades.
Padre nuestro… Ave María… Gloria al Padre…
Por tu divina infancia, oh Jesús, te presento esta petición mía (se expresa…): si es conforme a tu voluntad y por tanto a mi verdadero bien, acógela. En tu infinita misericordia, no mires mi debilidad sino a mi fe, unida a la de toda la Iglesia.
Oración conclusiva
Danos, oh Padre, que re reconozcamos el esplendor de tu gloria en la pobreza de tu Hijo hecho hombre y de adorar la divina grandeza en la humildad de su infancia. Haz que acogiendo el reino de los cielos como niños, logremos el premio prometido a los humildes de corazón. Por Cristo nuestro Señor. Amén.
Segundo día
Himno (como el primer día)
Oración
Oh Jesús, esplendor del Padre, te adoro. Creo que tú eres el Hijo de Dios vivo, nacido de la Virgen María, que has compartido en todo, menos en el pecado, nuestra condición humana. Por eso te ofrezco mi vida y todo lo que soy. Haz que siempre esté unido a ti, fuente de todo bien.
Padre nuestro… Ave María… Gloria al Padre…
Por tu divina infancia, oh Jesús, te presento esta petición mía (se expresa…): si es conforme a tu voluntad y por tanto para bien mío, acógela. En tu infinita misericordia, no mires mi debilidad sino a mi fe, unida a toda la Iglesia.
Oración conclusiva
Oh Dios, que has constituido a tu Hijo unigénito Salvador del género humano y quisiste que se llamara Jesús, concédenos propicio poder un día contemplar de modo manifiesto en el cielo a quien en la tierra veneramos su nombre. Él que vive y reina por los siglos de los siglos. Amén.
Tercer día
Himno (como el primer día)
Oración
Jesús, bondad infinita, mientras contemplo tu rostro luminoso y sonriente, siento crecer en mi corazón una gran confianza. Creo en ti y me entrego completamente a tu bondad, para que tu bendición se irradie sobre mí y sobre mis seres queridos y canto tu infinita misericordia.
Padre nuestro… Ave María… Gloria al Padre…
Por tu divina infancia, oh Jesús, te presento esta petición mía (se expresa…): si es conforme a tu voluntad y por tanto para bien mío, acógela. En tu infinita misericordia, no mires mi debilidad sino a mi fe, unida a toda la Iglesia.
Oración conclusiva
Refuerza la fe de tu pueblo, Señor, para que crea y proclame a Cristo tu único Hijo, verdadero Dios, eterno contigo en la gloria, y verdadero hombre, nacido de la Virgen María; confírmanos en esta fe en la vida presente y guíanos a la alegría de la vida sin fin. Por Cristo nuestro Señor. Amén.
Cuarto día
Himno (como el primer día)
Oración
Oh Pequeño Rey, la corona que brilla en tu cabeza me recuerda que tú eres el Señor de mi vida. Quiero renunciar al mal y seguir siempre tu Palabra, para que puedas reinar en este pobre corazón y hacerlo tuyo para siempre.
Padre nuestro… Ave María… Gloria al Padre…
Por tu divina infancia, oh Jesús, te presento esta petición mía (se expresa…): si es conforme a tu voluntad y por tanto para bien mío, acógela. En tu infinita misericordia, no mires mi debilidad sino a mi fe, unida a toda la Iglesia.
Oración conclusiva
Oh Padre, tu único Hijo se manifestó en nuestra carne mortal; concédenos que, habiéndole conocido como verdadero hombre, seamos interiormente renovados a su imagen. Él que vive y reina por los siglos de los siglos. Amén.
Quinto día
Himno (como el primer día)
Oración
Te contemplo, Jesús Redentor mío, envuelto en un vestido real: el oro me recuerda tu poder y la púrpura tu sangre derramada por nosotros. Haz que me una a tu sacrificio y no huya ante las dificultades, sino que sepa afrontar todo contigo y por ti.
Padre nuestro… Ave María… Gloria al Padre…
Por tu divina infancia, oh Jesús, te presento esta petición mía (se expresa…): si es conforme a tu voluntad y por tanto para bien mío, acógela. En tu infinita misericordia, no mires mi debilidad sino a mi fe, unida a toda la Iglesia.
Oración conclusiva
Señor, Dios omnipotente, que nos envuelves con la nueva luz de tu Verbo hecho hombre, haz que resplandezca en nuestras obras el misterio de la Encarnación para crecer en edad, sabiduría y gracia en la escuela de tu Hijo Jesús, que vive y reina por los siglos de los siglos. Amén.
Sexto día
Himno (como el primer día)
Oración
Oh Jesús, alegría de los ángeles y de los hombres, mi corazón se llena de alegría viendo tu mano que sostiene el mundo y sabiendo que me sostiene con su fuerza. Tú me ves, me acompañas y me proteges porque soy precioso a tus ojos; por eso te entrego mi vida y mis necesidades.
Padre nuestro… Ave María… Gloria al Padre…
Por tu divina infancia, oh Jesús, te presento esta petición mía (se expresa…): si es conforme a tu voluntad y por tanto para bien mío, acógela. En tu infinita misericordia, no mires mi debilidad sino a mi fe, unida a toda la Iglesia.
Oración conclusiva
Oh Dios, liberador de los pobres, ven al encuentro de las esperanzas de los que te buscan con sincero corazón, y danos que confiemos siempre con amor en Jesús Salvador. Él que vive y reina por los siglos de los siglos. Amén.
Séptimo día
Himno (como el primer día)
Oración
En tu pecho, oh Rey de los pequeños, brilla una cruz, señal gloriosa de nuestra redención. Yo también tengo mu cruz que quiero coger y llevarla, siguiéndote a ti: ayúdame a sostenerla en los momentos de debilidad, de desaliento y de sufrimiento:
Padre nuestro… Ave María… Gloria al Padre…
Por tu divina infancia, oh Jesús, te presento esta petición mía (se expresa…): si es conforme a tu voluntad y por tanto para bien mío, acógela. En tu infinita misericordia, no mires mi debilidad sino a mi fe, unida a toda la Iglesia.
Oración conclusiva
Señor Jesús, que has querido compartir nuestras fatigas, infunde en mi corazón la certeza de esta es la vida eterna: conocer al Padre que te ha mandado acogerte muestro Salvador. Tú que vives y reinas por los siglos de los siglos. Amén.
Octavo día
Himno (como el primer día)
Oración
En tu pecho, amable Jesús, late un corazón ardiente de amor y lleno de infinita ternura, que se ha consumado hasta dar la vida por todos los hombres. Te suplico que viertas sobre mi tu amor y ayúdame a corresponderte siempre, porque al amor solo se responde con amor.
Padre nuestro… Ave María… Gloria al Padre…
Por tu divina infancia, oh Jesús, te presento esta petición mía (se expresa…): si es conforme a tu voluntad y por tanto para bien mío, acógela. En tu infinita misericordia, no mires mi debilidad sino a mi fe, unida a toda la Iglesia.
Oración conclusiva
Oh Padre, que en el rostro humano de tu Hijo demuestras lo cercano y fiel que estás, danos ojos y corazón nuevos, para que sepamos reconocerle y acogerle en cada uno de nuestros hermanos. Él que vive y reina por los siglos de los siglos. Amén.
Noveno día
Himno (como el primer día)
Oración
Tu diestra omnipotente, adorable Jesús, vierte toda bendición sobre los que te aman y te invocan. Te pido que bendigas todo lo mío, mi persona, mi vida. Mira mis necesidades para socorrerlas, y mis deseos para acogerlos. y Yo, desde ahora, te ofrezco mi vida todos los días, como alabanza de tu santo nombre.
Padre nuestro… Ave María… Gloria al Padre…
Por tu divina infancia, oh Jesús, te presento esta petición mía (se expresa…): si es conforme a tu voluntad y por tanto para bien mío, acógela. En tu infinita misericordia, no mires mi debilidad sino a mi fe, unida a toda la Iglesia.
Oración conclusiva
Acoge, oh Niño Jesús, la oración de tus hermanos, y haz que, bajo el ejemplo de la Virgen María, guardemos todo tu don y tu palabra, para proclamar con la vida lo que nuestros ojos contemplan. Tú que vives y reinas por los siglos de los siglos. Amén.
Oración diaria al Niño Jesús
(que se reza todas las tardes en el Santuario de Arenzano)
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Escuche (espere un momento para cargar el archivo):
Oh Santo Niño Jesús,
que difundes tus gracias sobre quien te invoca,
vuelve tus ojos a nosotros,
postrados ante tu santa imagen,
y acoge nuestra oración.
Te encomendamos a los pobres necesitados
que confían en tu divino corazón.
Extiende sobre ellos tu mano omnipotente,
y socórrelos en sus necesidades.
Extiéndela sobre los niños, para protegerlos;
sobre las familias, para guardarlas en la unidad y el amor;
sobre los enfermos, para curarlos y santificar sus penas;
sobre los afligidos, para consolarlos;
sobre los pecadores, para llevarlos a la luz de tu gracia;
sobre los que, apretado por el dolor y la miseria,
invocan confiados tu amorosa ayuda.
Extiéndela también sobre nosotros, para bendecirnos.
Concede, oh Pequeño Rey,
los tesoros de tu misericordia y de tu paz
al todo el mundo,
y consérvanos ahora y siempre
en la gracia de tu amor. Amén.
Oración del venerable P. Cirilo
(Carmelitano di Praga, sec. XVII)
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Escuche (espere un momento para cargar el archivo):
Oh Niño Jesús, me dirijo a ti con plena confianza
porque creo firmemente que eres Dios
y por intercesión de tu santa Madre
puedes socorrerme en todas las necesidades.
Te amo con todo el corazón, con toda el alma
y con todas las fuerzas.
Me arrepiento sinceramente de mis pecados
y te pido la fuerza para vencer las tentaciones y las debilidades.
Te prometo no ofenderte más,
aunque me costase pruebas y sufrimientos.
Ayúdame e servirte con fidelidad
y a amar al prójimo como a mí mismo.
Señor Jesús, Niño omnipotente,
hoy te pido en particular
por una gracia que deseo mucho… (se expone)
Pero la gracia mayor que te pido
es poseerte con María y José,
y adorarte con todos los ángeles del cielo. Amén.
Oración del papa Benedicto XVI
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Escuche (espere un momento para cargar el archivo):
(Praga, 26 de septiembre de 2009)
Señor Jesús, te vemos niño
y creemos que tú eres el Hijo de Dios,
hecho hombre por obra del Espíritu Santo
en el seno de la Virgen María.
Como en Belén,
también nosotros con María, José, los ángeles y los pastores
re adoramos y te reconocemos como nuestro único Salvador.
Te hiciste pobre para hacernos ricos con tu pobreza:
concédenos no olvidarnos nunca
de los pobre y de todos los que sufren.
Protege nuestras familias,
bendice a todos los niños del mundo
y haz que reine siempre entre nosotros
el amor que nos has traído
y que hace más feliz la vida.
Da a todos, oh Jesús,
reconocer la verdad de tu Navidad
para que todos sepamos que has venido a traer
a toda la familia humana la luz, la alegría y la paz.
Tú que eres Dios, y vives y reinas con Dios Padre,
en la unidad del Espíritu Santo,
por los siglos de los siglos. Amén.
Oración de confianza
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Escuche (espere un momento para cargar el archivo):
Jesús, tú sabes.
Jesús, tú puedes.
Jesús, tú ves.
Jesús, ayuda.
Jesús, tú piensas en nosotros.
Jesús, confío en ti.
Gracias, Jesús.
Oración del enfermo
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Querido Niño Jesús, soy un pobre que sufre
que, sostenido por la fe más viva,
invoca tu divina ayuda para que le cures sus enfermedades.
En ti pongo toda mi confianza.
Sé que tú puedes todo,
y que eres muy misericordioso,
incluso que eres la misma Misericordia infinita.
Pequeño Jesús,
por tu virtud divina y por el inmenso amor
que traes a los que sufren a los afligidos y a todos los necesitados,
escúchame, bendíceme,
socórreme y consuélame. Amén.
Gloria al Padre… (tres veces)
Oración para la unción del Aceite de la Lámpara
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Señor Jesús, médico divino (Mc 2,17),
muchos enfermos recurrían a ti
“de quien salía una fuerza que sanaba a todos” (Lc 6,19).
Con sincera fe también invoco yo tu ayuda en mi sufrimiento
y, como el leproso curado, te imploro:
“Seños, si quieres, puedes sanarme! (Mt 8,2).
Buen Samaritano,
derrama sobre mis heridas el aceite de tu consuelo
y ayúdame a hacer, como tú, la voluntad del Padre,
dando gracias por todo.
Poderoso pequeño Rey,
por el amor con que alimentas a los débiles y enfermos,
por la intercesión de todos los creyentes,
por la eficacia espiritual d esta Aceite bendito
con el que me signo con viva fe y humilde abandono,
refuérzame, sáname, acógeme,
de ese modo podré hablar a todos
de tu infinita misericordia. Amén.
Oración del niño
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(que se reza en la bendición de los niños durante la Solemnidad del Niño)
Querido Niño Jesús,
tú que amas a todos
escucha mi oración.
Te doy gracias por todos tus dones
y te prometo
ser siempre tu amigo.
Quiero amarte con todo el corazón,
e imitar tus virtudes.
Hazme crecer como tú
en edad, sabiduría y gracia.
Haz que yo sea ejemplo para todos,
bueno, obediente y generoso.
Protege a mi familia
y a todos mis amigos.
Consérvame un corazón puro,
para que, al hacerme mayor,
pueda estar siempre cerca de ti.
Te quiero mucho, Jesús.
Amén.
Oración del niño
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(forma sencilla)
Niño Jesús,
Amor divino,
Verbo encarnado,
acuérdate de nosotros,
tú que nos has creado.
Oración del estudiante
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(se puede repetir como triduo especialmente en tiempos de exámenes)
Oh Niño Jesús,
que creciste en Nazaret lleno de sabiduría
y sorprendiste por tu inteligencia (Lc 2,40.47),
ayúdame en mis estudios y exámenes,
para que termine con buen éxito
los deseos y los esfuerzos míos y de mi familia.
Oh único y verdadero Maestro,
que enseñas el camino de Dios (Mt 23,10; 22,16),
infúndeme serenidad en las pruebas,
respeto a los profesores,
sincera amistad con los compañeros.
Tú que revelaste a los pequeños
los misterios del reino de Dios (Mt 11,25),
sostenme en los momentos de dificultad y cansancio,
y guíame al conocimiento y al amor a ti,
que eres la vida, la verdad y la vida eterna (Jn 14,6).
Amén.
Oración por la infancia que sufre
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(que se reza en el Santuario de Arenzano el día 28 de cada mes)
Señor Jesús, que por nuestro amor
te hiciste pequeño como un niño,
tú has sufrido la pobreza en el gruta de Belén
y el rechazo de los hombres,
la amenaza de muerte y la huida a lo lejos,
cuando oíste el grito de dolor
de los inocentes matados por Herodes.
Te rogamos por los niños que sufren
por la falta de comida, de instrucción y de afecto,
víctimas de la guerra, de la enfermedad y de la violencia
que mancha su inocencia.
Los confiamos a ti,
que acariciaste y bendijiste a los niños,
e hiciste de ellos el ejemplo de la verdadera grandeza.
Haz que en todas las familias la vida sea acogida
y guardada como don tuyo.
Sana las heridas de los pequeños y consuela a sus padres.
Convierte el corazón de quien ataca a la vida
y pisotea los derechos de la infancia.
Ayúdanos también a nosotros a amar, proteger, y educar
a los niños que nos han confiado,
y haz que lleguemos a ser como ellos
para entrar en el reino de los cielos. Amén.